jueves, 11 de julio de 2013

Baraka - La suerte de aun estar vivos.

Baraka es un documental dirigido por Ron Fricke el cual nos cuenta sin palabras el desarrollo de la humanidad desde un inicio de los tiempos hasta llegar a una modernidad actual por medio de analogías y comparaciones en sus imágenes, entregando una reflexión sobre los cambios de la humanidad a lo largo del tiempo. Principalmente relata una relación del mundo con la naturaleza y como el ser humano se ha despegado de ella, olvidando, acabando con ella y consigo mismo. Se podría decir que su nombre es una metáfora a la vida “Baraka” lo que llega a varios significado cómo "Bendición" o "Suerte a futuro" aborda al final la suerte que tenemos de aun estar vivos con los destrozos que hemos ocasionado y la bendición de vivir en un planeta lleno de maravillas.

Baraka no solo cuenta con un poder de imágenes fuerte, sino también la música logra que el tiempo se note y ayuda a las transiciones y secuencias durante el film. El uso de música de diferentes culturas con instrumentos artesanales y aborígenes logra adentrarnos más a las maravillas del mundo presentado.
Comenzamos con paisajes de una calidad enorme, de una belleza inigualable presentándonos el mundo en todo su resplandor, inhabitado, pasamos por varios lugares –Desde desiertos hasta heladas montañas- terminamos con un mono de las montañas, dentro de un estanque conservando una calma y paz alrededor. Desde aquí presentamos al primero ente que habitó la tierra desde el punto de la ciencia. Con cortes directos nos transporta por todos lados y apoyándose de un time lapse crea una conexión entre el cielo y la tierra, mientras genera la sensación del paso del tiempo hasta llegar al eclipse que nos muestra el título. Un eclipse que si se analiza nos da la pista sobre la intención del documental, destapar ese eclipse y lograr ver la verdadera luz, el maravilloso mundo.

Después de una presentación, comenzamos a volar por varios lugares y culturas del mundo. Se muestran sus símbolos como cuestión de reconocimiento y contexto, pero también nos logra dar a luz el nacimiento de una humanidad acompañada de sus religiones, las cuales han marcado sus territorios entregando una identidad clara. Ceremonias, palacios, acciones, todas presentadas desde perspectivas aéreas, cámaras en zoom in y out con paneos. Relacionándolas sobre la importancia de la religión como principal componente humano y espiritual. Seguimos con los monjes finales, quienes se encuentran rezando al frente de un gran número de velones acabados, el fuego que nos acerca a la sabiduría como fuente de fuerza y el monje azul de la siguiente escena quién se encuentra mirando al horizonte y nos enseña el mar como la calma. Durante ésta presentación transcurren movimientos lentos y posiciones fijas, logrando preponderar la observación durante su transcurso y aprovechando trasmitir sus emociones con cada escena e intentar abordar ir más allá de la mera imagen.

Captamos un silencio que mantiene una armonía la cual se comienza a interrumpir por una destrucción, lo que nos comienza a presenta una ideología en contra de la modernidad, una comparación entre el mundo veloz y el mundo del detenimiento. Algunos elementos se anclan por medio de las transiciones adquiriendo mensajes de montaje,  por ejemplo la mirada del monje al horizonte y el mar con una puerta en el centro hacia el mundo exterior. Con un corte directo entramos al campo, relacionamos la convivencia del hombre con la naturaleza por medio de la cosecha, como producto agricultor y de vida. Luego, seguimos con los templos, en los cuales se hace un énfasis de los símbolos de cada uno, pinturas rupestres representando dioses y rituales dirigidos a ellos, una intención que destaca es la adoración del hombre a los dioses de la naturaleza y los dioses espirituales fuera de ésta. Estas imágenes introducen a los rituales, pero ahora en forma de acción, con las personas haciendo sus  alabanzas y danzas por un Dios y la armonía que ésta maneja dentro de su forma de expresión, mientras se muestra, también enfocan sus expresiones con planos al ritmo de sus rituales. Seguimos con los paisajes desde una perspectiva aérea, describiéndolos y enseñando más sobre el planeta tierra, mostrando un volcán con su fuerte lava y las montañas tranquilas con sus nubes. Lo que se obtiene por medio de los paisajes también se crea una transición de un tema a otro, por ejemplo. Primero las religiones, luego paisajes, después los rituales, seguimos con los paisajes y seguimos la humanidad de nuevo.

Las texturas también hacen parte del maravilloso mundo, así nos muestra Baraka en el instante en que se acerca a sus volcanes, la nieve, los árboles y la piel de los reptiles, quienes también conservan una paz infinita en contra-relación a la velocidad moderna y asemejando al hombre que mira el horizonte con gran calma. Seguimos con más pinturas rupestres hasta llegar a las pinturas corporales en los aborígenes representando una identidad social y la influencia de creencias. Pero no solo hay transiciones y planos de sus pinturas, se obtiene una descripción de casi lo principal de cada cultura, mostrando vestimentas, algunas costumbre, modo de vivir, lugar de hábitat y acciones en cada lugar. Desde éste punto parte también el uso del trabajo a mano, las artesanías y el uso de recursos de la naturaleza para la creación de éstas. Las descripciones y pasos por muchos lugares del mundo siguen preponderando durante la primera media hora y enalteciendo las maravillas de la naturaleza con la convivencia humana lograda en sus principios.
Todo sigue hasta que en una escena, durante su transición de descripción de un bosque, entra una cierra la cual está talando un árbol. Aquí comienza la introducción de la destrucción del hombre a la naturaleza, mientras esto sucede un pequeño grupo de hormigas bajan por las hojas indicando el descenso de la naturaleza y algunos de sus habitantes. Explosiones mineras, explotación de recursos, tierras áridas, pobres y tristes se muestran las caras de algunos aborígenes, con gran asombro, un pequeño aborigen, medio oculto entre las ramas con el miedo en su rostro logra impactar la relación de la destrucción.

Comenzamos a bajar desde un monte hasta llegar a los primeros barrios, barrios llenos de casas aquí relacionamos el uso de la tala de árboles y la destrucción como construcción de un nuevo mundo, sin embargo muestra como ese mundo carece de belleza y se representa de una forma más pobre. Uno pequeños tras las rejas comienzan a hablarnos sobre ese sentido de opresión humana ante el progreso inevitable que nos persigue. Seguimos con edificios más grandes desde un plano general aéreo. A lo cual nos vamos acercan y haciendo descripción del espacio y finalizamos con la relación de unos edificios y un cementerio, la intención del autor al relacionar éstos espacios es mostrarnos que no hay gran diferencia entre la forma de vida en vida y después de la muerte, al final la gran mayoría está confinado a permanecer dentro de un muro con cuatro paredes.


Seguimos con el mundo de la industria, mano de obra y explotación del proletariado. En el uso de cámara rápida, aquí notamos como la vida moderna siempre intenta manejar su ritmo de la velocidad y su dicho “El tiempo es oro” pero también estas secuencias de los trabajadores se mezclan con la siguiente escena del hombre fumando –Los trabajadores hacen cigarrillos para los hombres ricos- una clase medio alta con una mirada ya no tan alegre, sino una mirada más vacía y pobre. Seguimos con cámaras aéreas y generales de una forma super rápida mientras muestra la congestión y la multitud abrumadora, algunos planos medios de las personas dentro de los vagones del tren y primer plano de otros, enseñándonos su fatiga y cansancio de lo cotidiano.

Se logra una transición con el vagón del tren que nos transporta a otro lugar, un baño en el que están tres hombres en estado de relajación (En la forma en la que el mono del principio lo hace) La escena se encuentra fija y uno de los hombres se para de la bañera, aquí nos permite ver su cuerpo totalmente tattuado y que es un yakuza, una identificación personal dentro de una cultura, algo muy parecido a las pinturas corporales de los aborígenes. De aquí en adelante seguimos con el uso de cámaras rápida dentro de las producciones, robotizando a los humanos al modo de la repetición, una repetición que los acompaña todos los días. Planos generales a gran velocidad siguen enfatizando el alboroto de la humanidad por el progreso.
Con un sonido potente de una respiración, mientras hay un plano general de una ciudad a gran velocidad, ahogamos al espectador en su última estancia. Comienza la escena con un hombre del teatro, en primer plano vemos sus ojos totalmente blanqueados, efectuando una representación de agonía y muerte con sus expresiones, su carga se hace más potente con un corte directo a un paneo con un hombre encima de una carreta arrastrada por dos burros, se hace una transición por paisajes hasta que llegamos a un plano general de un pueblo lleno de basura,  dejando ver la contaminación ambientan, el desastre natural y la pobreza de los pueblos menores. Logramos ver no solo como intentan recolectar lo que les pueda servir para comer, también en planos medios nos muestran sus rostros y vestimenta, devolviéndolos a las culturas principales quienes han sido las más afectadas después de todo. Un punto que se destaca, aunque puede ser una escena ambigua es “La basura con la basura” con los camiones dejando la basura con lo que la sociedad de alta clase puede considerar también  basura, más la música incidente nos transmite una sensación diferente preponderando la tristeza. El mensaje del montaje se nota aun más estableciendo las relaciones y comparaciones con los hombres que recorren los caminos en vehículos diferente –Una bicicleta, una motocicleta y un una bicicleta con  una canasta enorme por delante- sin embargo con sus primeros planos  y plano general a sus expresiones y acciones logramos ver un segundo punto, como el hombre que va en motocicleta lleva una mirada muy sería y fría a diferencia de los chicos en la canasta que van con gran felicidad. Estas escenas funcionan también como una transición para recorrer otros lugares, llegar a la cuidad y ver los contra del progreso humano (Prostitución, mendicidad) finalizando esta secuencia con el fin de la obra de teatro. Por consiguiente a ésta, prosigue con el discurso de las guerras.


El final de la destrucción y los paisajes áridos, comenzamos a ver lugares totalmente inhabitados como en un principio, pero ésta vez totalmente destruidos y sin vida. Seguimos con los aviones en dos formas, como progreso y como introducción a una fuerza aérea, que también nos lleva a los conflictos de la guerra, seguimos con las tierras de nuevo inhabitadas, pero envueltas en llamas y caos, todos creados por el ser humano e inhumano sentimiento al poder. Imágenes con un sentido muy apocalíptico desde un plano general nos permite ver la tierra como el final de los tiempos y cómo las guerras son un elemento primario de la tristeza humana. Después de los campos, llegamos a otros campos, los campos de concentraciones, en los cuales nos adentramos con descripciones de los lugares y viendo tanto las estructuras como sus interiores. Pasando por los cuartos con paneos y acercándonos hasta las camas llenas de cadenas seguimos con un plano medio con una fotos, de los presos, un paneo para la descripción de un largo camino y por ultimo un general que nos muestra el gran número de personas concentradas allí. Después de los campos pasamos a los combatientes de las guerras, los soldados en sus campos abiertos los cuales se relacionan con las estatuas de sus antepasados en los templos donde nos topamos con un ejército de estatuas en fila hacia la guerra.

Dentro de ésta última estancia, regresamos a culturas donde logramos ver una forma de purificación. Un  general de un lago enorme con una multitud de personas rezando y bañándose en él. Una metáfora hermosa al contarnos qué, después de todos los males el hombre se intenta purificar espiritualmente como desde un principio lo ha hecho, pero también una señal de arrepentimiento hacia el mal causado. Vemos sus rostros en primer plano, algunos conservados, otros muy devastados y hasta con los ojos envueltos en lagrimales que no salen pero los rodean y se reflejan. Los ritos que acompañaron al hombre en todo momento, finalmente entramos al final del cuerpo y la muerte donde seguimos a una cultura mientras incinera un cuerpo al aire libre. Proseguimos con los cielos enfurecidos, enrojecidos logrando también un paso del tiempo y un mar que se intenta apoderar de la tierra, con un corte directo se logra la contra parte con un monje que realiza plegarías. Finalmente el eclipse como una representación del lado oscuro que no permite ver la verdadera luz también asemejándose al plano de la mujer con el velo en su cabeza, solo permitiéndose ver un poco de ella.  Seguimos con las religiones y los templos, las maravillas de sus movimientos y la influencia que no se ha perdido a lo largo de tanto tiempo, pero también una estatua con un ángel, un ángel desde un ángulo contra-picado, logramos ver que es un esqueleto que sostiene un reloj de tiempo bajo una sábana que lo cubre mostrando el gran énfasis al tiempo, el tiempo que lo es todo.

Dentro de las ultimas escenas se hace un recolección de todo lo anteriormente mostrado, una síntesis del mundo. Volvemos con el monje azul, sentado mirando hacia el horizonte, ahora con un atardecer rojo en representación del final del día y del mundo. Se muestra el paso del tiempo alrededor de la vida, los templos desolados con figuras inertes, permanentes y terminamos con un árbol del desierto sin hojas y sin fuerza.
Baraka es una gran propuesta, puesto que sin tenernos que decir ni una sola palabra, logra no solo hablar, sino enlazar y proclamar un mensaje muy claro, que si se presta mucha atención logra impactar la mente. Baraka en sus intentos de relaciones conecta escenas desde el principio hasta el final – Los hombres dentro de los edificios, los cementerios, los hombres dentro de los cubículos japoneses con un  número debajo- pero también hace comparaciones de gran potencia como las maravillas de la naturaleza y el hermoso mundo con la putrefacción de la modernidad y la pobreza de la humanidad en los sistemas actuales. Una de las analogías más potentes dentro de la película es el momento en que compara la fábrica de pollos con la humanidad, haciendo entender como desde que nacemos ya estamos programados y pasamos por un proceso de control de calidad para catalogar quienes serán buenos en un futuro y quienes no, los marcados podrán ser los afortunados con un futuro y los otros pueden ir a ningún lugar.


Dentro de una narrativa se podrían establecer una relación profunda por medio de las imágenes que nos cuentan la historia en una forma lineal sobre el desarrollo de la humanidad y la perdida y destrucción del mundo.

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